Yo siempre he
sido una persona súper fuerte y decidida. Cuando he necesitado hacer acopio de
mi fuerza de voluntad, lo he conseguido, y me siento muy orgullosa de mí misma
en muchos momentos de mi vida, porque he sido capaz de esforzarme en muchos
temas, por muy difíciles que fueran o por mucho que me costasen. Y ahora me veo
tan floja!!. El otro día, el impulso de organizar mi mente y mis propósitos se
quedó en eso, en un impulso… Cogí carrerilla para empezar y al rato me detuve
de nuevo. A penas me duró un par de horas, el resto del tiempo, me sentía
agotada y lo dediqué a mirar videos de cortometrajes, consultar foros en
Internet y organizar la música de la sala de espera. Después me fui a dar un
paseo por el barrio donde trabajo, porque me sentía asfixiada, comí en un banco
de un parque, me tomé un café en mi terraza favorita del barrio, y volví al
despacho con el tiempo casi justo para empezar a trabajar. Con lo cual, no
volví a retomar la tarea para la que me había venido al despacho desde
temprano. Hoy vuelvo a tener el mismo impulso, más que nada porque la necesidad
y la urgencia siguen estando ahí, y quiero coger las riendas de la situación lo
antes posible. Veremos qué pasa a lo largo del día…
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