jueves, 28 de febrero de 2019

NO REACCIONO


Se van pasando los días, y yo me siento cada vez más arrastrada y llevada por la corriente, sobreviviendo a cada uno de ellos y deseando que se pasen cuanto antes, porque me agota el día a día que ahora tengo, física y mentalmente. Otras veces, ya tendría un plan, ya me habría sentado a evaluar y planificar miles de cosas, tendría listas interminables de pensamientos y conclusiones, y estaría poniendo en marcha el siguiente intento con algo de entusiasmo e ilusión. Y no me está ocurriendo nada de esto. Estoy bloqueada y saturada de todo. Sólo quiero descansar y estar sola, y no pensar, y no tener que ser una luchadora. Pensé que al volver a Shiatsu se pondría en funcionamiento mi mente, como un punto cero desde donde coger impulso, así lo pensé y me dije a mí misma “venga, este es el primer paso”. Y ahí me he quedado. Entiendo que el maldito Visannette no me ayuda, me agota, me sube la temperatura, me produce sequedad y picores constantes por todas partes, me da dolor de cabeza… Mañana lo acabo, por fin!!!!. Espero que no vuelva nunca más a mi vida. Y confío que ya sin él, dentro de unos días se me pase de una vez este estado de sopor y letargo que ha invadido mi cuerpo y mi mente. Por delante me quedan 15 días de descanso de tratamientos, hasta el día 16 de Marzo, que volveré a los malditos estrógenos (aquí todas las medicaciones son malditas de una forma u otra). Ese es el inicio de ciclo para el que me gustaría estar preparada y para el que no encuentro energías ni si quiera de ponerme a pensar en ello.

lunes, 11 de febrero de 2019

SHIATSU O ACUPUNTURA


Esta ha sido mi reflexión y mi decisión de estas últimas semanas. Todo empezó porque Sara Fortuño me preguntó en la última consulta si hacía Acupuntura. Le dije que en este momento no, pero que si ella me lo aconsejaba, la volvía a recuperar. Me dijo que no, que sólo preguntaba por curiosidad y cuando yo le dije si ella veía esas cosas como aconsejables, no me dejó del todo claro si sí o si no. Y claro, yo no sé cómo son las demás chicas en reproducción asistida, pero al menos yo me fijo en TODO lo que dicen, con más o menos conciencia. Debe ser también un poco estresante para ellas que les estemos midiendo con lupa todo lo que pronuncian. Pero yo no lo puedo evitar, y mi mente ya se puso en marcha, valorando la idea de retomar la Acupuntura. Y en mi caso, también me puse a pensar en el Shiatsu.

Ya he hecho ambas en el pasado, así que conozco las dos especialidades. La Acupuntura es más afamada dentro de la Reproducción Asistida, pero a mí me fue súper bien el Shiatsu en algunos aspectos. Ambas trabajan con el eje meridiano del cuerpo, y sus conexiones con los diferentes órganos vitales, y en mi caso, con los que contribuyen a una mejor reproducción y con el tema hormonal. Ambas mejoran la vascularización y la circulación sanguínea. Y a priori consiguen los mismos efectos. Imagino que un defensor de una u otra especialidad, verá miles de diferencias entre ellas, y pensará que es una burrada compararlas y decir que tienen los mismos efectos, pero para alguien absolutamente “lego” como yo, me parecen muy válidas ambas en un primer momento. Así que, ante mi ignorancia (por favor, disculpadme…), he decidido inclinarme más por el Shiatsu, por otras variables, a nivel más práctico, a saber:
·       Me cae mejor la chica de Shiatsu (Sandra), es más joven, española, entiendo todo lo que me dice y me explica, es cálida y súper sonriente. La mujer de Acupuntura (Hong Bo) me gusta mucho, pero me cuesta entenderla más porque su español es bastante malo, y me trata con un poquito más de frialdad (aunque en ocasiones es súper empática).
·       Los horarios de Sandra son muchísimo más flexibles que los de Hong Bo, que siempre tengo que estar cuadrando y cambiando mi agenda porque apenas tiene huecos. Sandra me busca un sitio más o menos fijo, y eso con Hong Bo es casi imposible.
·       Aspecto económico: las sesiones de Acupuntura me salen más caras que las de Shiatsu. No desorbitadamente, pero sí, y además Hong Bo me “medio obliga” a asistir dos veces por semana sin darme más opciones, y con Sandra elijo yo en función de mi necesidad.
·       Acupuntura duele y escuece. Shiatsu a veces molesta un poco la presión, pero nunca es dolorosa.
·       En Acupuntura sangro y los puntitos de sangre cuesta que se cierren del todo en el momento, y muchas veces, algunos de esos puntos de acupuntura me dejan moraduras. El Hematólogo ya me dijo que no le parecía muy buena idea teniendo en cuenta que me pincho Heparina para diluir la sangre.
·       En Acupuntura paso frío, y no hay nada que me dé más yuyu que me tapen con todas las agujas debajo de la manta aplastándose, es una sensación que aunque no duele, es horrorosa de soportar. Con los minutos te acostumbras, pero en cuanto te mueves un milímetro sientes todas las agujas del cuerpo.
·       Ir a la consulta de Sandra me cuesta 10 minutos andando. Ir a la consulta de Hong Bo, me cuesta una media hora si voy andando, o 10 minutos si cojo la bici, pero no siempre hace buen tiempo para cogerla.
·       Hong Bo a veces tiene tanta gente que me toca compartir espacio con otras personas en la misma habitación. Aunque ella es súper cuidadosa y pone separadores de éstos de bambú, resulta un poco incómodo escuchar todo y que escuchen todo lo que dices. Con Sandra estoy yo y sólo yo, el 100% de las veces.
·       Sandra me ofrece una taza de té al terminar, y Hong Bo no. Esto ya sé que es una tontería, pero me ha venido a la cabeza, y aunque no lo parezca, todos estos detalles suman…

Y ya está, esas son de momento las razones que me han llevado a elegir Shiatsu. Insisto que ha sido una decisión más a nivel práctico que otra cosa. Pero quería hablar de ello un poco.