martes, 24 de abril de 2018

PRIMERA CITA CON JUANA CRESPO


Por fin llegó el día y ayer fuimos a ver a Juana Crespo por primera vez. La Clínica es preciosa, con muchísimo espacio, y todo muy nuevo, minimalista, muy bien decorado y con mucho gusto. Me encantó, la verdad. Estuvimos allí casi 4 horas, pero a mí no se me hizo tan largo, porque estuvimos viendo y hablando con un montón de gente. Primero con una chica de Administración que se tomó todos nuestros datos, y después pasamos a una enfermera a la que le contamos absolutamente TODO, de principio a fin, historias familiares, tratamientos, embarazos, medicación, y mil detalles más. La pobre acabaría echando humo por la cabeza, nos comentó que nos habíamos hecho de todo… Al ratito ya nos pasó al despacho de Juana. La esperamos allí durante unos 20 minutos, y ese tiempo me dio la oportunidad de observar con detalle. Toda una pared casi llena completamente de fotografías de madres y bebés, y en cada una de las fotografías, Juana había escrito cuál había sido el diagnóstico inicial de la paciente. Había de todo, era un poco abrumador y esperanzador al mismo tiempo. Al menos te deja la sensación de que casos muy complejos consiguen salir adelante, desde mujeres con muchísimas transferencias a sus espaldas, otras con abortos, otras con úteros “imposibles”… Estando allí, me preguntaba qué es lo que acabaría poniendo Juana en mi fotografía. Solamente encontré una fotografía de una eco donde ponía “aquí no hay nada que hacer”, y se me puso un nudo en la garganta de pensar que podría llegar a ser la mía en el futuro.

Llegó Juana y traía con ella un resumen hecho a mano de nuestro caso, que probablemente le habría hecho la enfermera que nos atendió antes. Lo puso en la mesa y me dijo: sólo con esto, ya sé quién eres y el tipo de paciente que vas a ser. Algo pasa en tu útero, y se ha ido agravando más y más con cada embarazo que has tenido y con cada aborto. No le dio demasiada importancia a las alteraciones inmunológicas, aunque dijo que ella lo tendría todo en cuenta, pero que cree que la cosa no va por ahí. Me hizo pasar a otra habitación para hacerme un ecografía vaginal, y lo que me comentó me dejó un poco hecha polvo… Dijo que estaba ya menopáusica, que mi ovario derecho estaba completamente atrofiado (y luego añadió, “más seco que el bacalao”) y no había nada que hacer por él. Del ovario izquierdo dijo que iba más o menos en la misma dirección aunque estaba un pelín mejor, pero que tampoco habría mucho que hacer. Dijo que mi útero era pequeño y malo, y lo peor de todo, duro como una piedra, y que allí era imposible que nada creciese, porque no era nada fértil. Yo me aguantaba todo el tiempo las lágrimas y el impulso de preguntarle si aquello tenía solución. Y cuando terminó, me vestí y volvimos a su despacho.

Mi cara era un poema, desde luego, pero no quería intervenir hasta escuchar lo que tuviese que decirme y sugerirme, hasta el final. Ya sentados con ella en su mesa, nos sacó varias ecografías de diferentes úteros. Nos mostró lo que era un útero fértil, diciendo “este útero es de una chica que echa un polvo y ya se queda embarazada”. No puedes evitar reírte con la forma de hablar que tiene, no sé si lo hará para calmar los ánimos, o es que ella es así de bruta hablando, pero a mí me hace gracia. Y luego nos enseñó una eco de un útero parecido al mío, con un endometrio que no puede crecer porque las paredes del útero no le dejan expandirse, ya que las células madre que lo rodean han ido invadiendo la pared intrauterina y el miometrio, y lo habían endurecido tanto que era imposible implantar nada ahí. Eso es que lo que ella cree que me pasa. Por fin le pregunté si tenía solución, y ella sólo me contestó que peores úteros ha visto salir adelante, pero que no podía asegurar nada hasta tener una resonancia magnética que le diga de qué forma está afectado el mío y en qué zonas, y que una RM mostrará cuánto de piedra y “callo” se ha llegado a hacer alrededor de mi endometrio.

De modo que mi siguiente plan es una resonancia magnética pélvica, para lo cual, tengo que llevar tratamiento hormonal como si fuese a hacer una transferencia, y 18 días después de empezarlo, hacerme la prueba, porque ya estaré en fase lútea y se puede ver cómo está mi útero para embarazarse. Como no me va a bajar la regla, me dijo que empezase directamente al día siguiente (o sea, hoy…).  La pauta de estimulación hormonal que hacía con CREA siempre iba de menos a más, es decir, empezaba con 2mg de valerato de estradiol durante 3 días, luego otros 3 días con 4mg, y  3 días después pasaba a 6mg. A continuación introducía un parche de 100mg en el día 10, y después me iba poniendo 2 parches de 100mg cada dos días. Pero Juana me ha dicho que empiece todo de golpe!, es decir, hoy ya empiezo con 6mg de valerato y con 200mg de Evopad. Sólo llevo una pastilla (la de la mañana) y ya me noto el cuerpo raro, así que cuando acabe el día y me haya metido otras dos pastillas y dos parches, me voy a querer morir. Además, los parches me sientan fatal al principio hasta que me acostumbro, y voy a llevar toda la carga desde el principio!. Madre mía… También he conseguido ya el volante y la cita para la resonancia, que será el próximo día 11 de Mayo. Cuando me la haga, dejaré la medicación, y cuando me baje la regla, volveré a empezar el mismo tratamiento hormonal de nuevo, para que Juana me haga una ecografía a los 8 días. Y se supone que con ambas pruebas, ya me dará un diagnóstico y me propondrá un tratamiento, si es que tiene arreglo. Hasta entonces, como siempre, como cada vez que damos un paso, PACIENCIA.

Mi primera impresión de Juana Crespo y de su Clínica, es buena. Estoy muy escarmentada con la vida como para hacerme ilusiones, pero me transmite confianza, y una posibilidad, que desde luego, no me voy a quedar sin explorar. Soy consciente de que llego a Juana con los ánimos por los suelos, medio arruinada después de haber invertido más de 30.000 euros en tratamientos durante estos 3 años, y cansada de esta lucha tan larga y todavía sin fruto. No quiero responsabilizar a nadie, ni si quiera a mí misma, porque no sería justo. Todas las personas que me han acompañado en este camino, hasta ahora, me han dado lo mejor de sí mismas y han puesto todo su empeño en ayudarme, estoy 100% convencida de ello. No sé si Juana habrá aparecido para darme luz, o para cerrar de una vez mi capítulo de la maternidad. Y si es ella quien me va a ayudar a ser madre, no sé por qué ha tardado tanto en aparecer en mi vida, precisamente ahora que ya me encuentro casi derrotada. Algún día, con retrospectiva, quizá lo entenderé. O quizá no lo entenderé nunca, porque la verdad es que estoy cansada ya de buscar lecciones de vida en esta experiencia tan horrible, y de encontrarle un sentido a todo este sufrimiento.

martes, 17 de abril de 2018

SE ME HACE PESADO


Estoy en un momento en el que necesito alejarme de muchas cosas. Es mi propio estado de ánimo, que no me deja relacionarme con normalidad y hacer las cosas con la misma motivación de siempre. Se me hace pesado. Me cuesta la compañía de la mayoría de las personas, salvo casos excepcionales. Este fin de semana, por ejemplo, comiendo con mi familia, se me hacía largo, tenía ganas de irme y evadirme a solas en mi casa. Era una mezcla entre tristeza y agobio de gente, de ruidos, de conversaciones, como si todo eso me sobrara. Lo que más necesito es silencio, tranquilidad. Es lo que me pide la mente. Conversaciones tranquilas, momentos de soledad, de reflexión, personas poco ruidosas. Todo lo demás, me satura, me agobia y me estresa.

Tenemos la cita con Juana Crespo el Lunes que viene por la mañana. Conforme pasan los días me siento más expectante ante la idea. Pero no me quiero hacer demasiadas ilusiones. Paso muchas veces por el mal trago de crearme una expectativa y que se derrumbe cada vez que me acerco a ella. Pero es que leo tantas cosas positivas de Juana en Internet!. Hay mucha devoción por esta mujer entre muchas mujeres, incluso se llaman a sí mismas “chicas Crespo”. ¿Llegaré a ser yo también una chica Crespo?. ¿Escribiré sobre ella en el futuro con tanto cariño y agradecimiento como leo en otras mujeres?. ¿O, para variar, seguiré siendo la excepción que confirma las reglas más universales, y acabaré siendo la única a la que esta mujer no pueda ayudar?. Yo no apostaría… Hay un video en Youtube, de una entrevista que le hicieron hace tiempo, que es lo que más me ha acabado de convencer y motivar con ella, por el enfoque vocacional que esta mujer tiene en su trabajo, por su voluntad de ayudar, por la manera en que se expresa, por el buen rollo que transmite, y por la fuerza que desprende su discurso. Llevo toda la mañana preparando esa primera sesión que tendremos con ella, haciendo listas, resúmenes, apuntando datos y fechas importantes, organizando e imprimiendo informes y analíticas. Al menos todo eso me mantiene ocupada. Pero también me pone demasiado en contacto con nuestra aventura de ser padres, y con la pesadilla que está siendo para nosotros. Así que voy encontrando una de cal y otra de arena. Me motivo y derrumbo en ciclo. Tengo una tarde de trabajo muy intensa, y no sé si he elegido un buen día para hacer todo esto, porque me encuentro francamente agotada y con un dolor de cabeza espectacular.

lunes, 9 de abril de 2018

Y DE NUEVO, SOLOS LOS DOS...



Así es… He necesitado varios días para poder tener suficiente ánimo de sentarme a escribir. Que no saliera bien, era una posibilidad, estaba claro, pero qué poco preparados estamos para estas cosas. Y es que en el fondo no hay forma humana de enfrentar nada de esto sin romperte en mil pedazos, es imposible. Es lo que hay. Es lo que toca. No hay más…

Mi embrioncito se marchó, no tuvo fuerzas para quedarse, o no tuvo opciones si quiera para intentarlo. Quizá no encontró un lugar acogedor donde implantarse. Estuvo dentro de mí unos días, pero pasó de largo. Mi Endometrio no pudo retenerlo. Que sí, que estadísticamente, las probabilidades de implantación no son altas para ninguna mujer en reproducción asistida. Que estas cosas pasan, y mucho. Lo leo constantemente en otros testimonios en Internet. Pero duele muchísimo. Cuesta salir del pozo, cuesta rehacer fuerzas y plantearse seguir adelante. ¿Cómo?. Si tan sólo hace unos días, mi vida quería girar alrededor de otra personita!!. Íbamos a ser tres a partir de ahora. El trabajo, las relaciones, la alimentación, el día a día… TODO iba a ser diferente. Y de nuevo, solos los dos… Toda nuestra vida desestabilizada de nuevo, detenida, a la espera de decisiones. Reajustar los horarios de nuevo, organizar la agenda, los compromisos, a mí es lo que más me cuesta en este momento. Porque no quiero volver a estar como antes, odio mi vida así. Por no hablar de ponerme a pensar en pasar de nuevo por esta pesadilla, por más ecografías frustrantes, por más medicación, más esperas, más cancelaciones por falta de respuesta, más esperanzas rotas mes a mes. No puedo más. Pero a la vez siento que no puedo detenerme, que si ahora paro ya no habrá vuelta atrás, y que conforme pasan los años, también se me van pasando las fuerzas, y que es ahora o nunca!. En mí siempre hay dos partes, y nunca sé cuál de las dos es la real, porque siempre conviven a la vez. La que quiere seguir y no rendirse, y la que no puede más con esto. ¿A cuál hago caso?.

Estos días atrás, he sentido verdadera envidia por todas aquellas mujeres que no están buscando embarazo. Cada vez que veía en alguna serie, video, o incluso en la vida real, lo bien que viven otras personas sin estar pendientes de este tema, que no están agobiados ni angustiados, que hacen cosas, que disfrutan, que tienen planes de vida, viajes, proyectos, actividades. Yo quería alejarme de todo esto y ser como esas personas. Pero esta angustia me persigue, esta preocupación no va a desaparecer, este tema vuelve a ser una incertidumbre en mi vida. Cada vez me parece más utópico esto de llegar a ser madre, caigo en el desánimo de creer que no lo conseguiré nunca, que me irán saliendo mes a mes miles de obstáculos en el camino, si no en una dirección, en otra, pero que nunca se juntarán los factores necesarios para que una vida pueda crecer dentro de mí y hacer realidad mi sueño de la maternidad.

Nuestro siguiente paso es hablar con una especialista que hay en Valencia, que se llama Juana Crespo. A esta mujer van a parar los “casos imposibles”, de mucha complejidad, parejas que llevan años y años de intentos. Tampoco creo que sea la panacea, sinceramente, no creo que ella pueda hacer mucho más de lo que nosotros hemos hecho ya. Pero es el último cartucho que nos queda, por lo menos para escuchar una última opinión, y porque vamos remitidos por una amiga suya, que ya nos la recomendó hace tiempo, pero que como estábamos llevando todo esto con CREA y con Madrid, decidimos dejar a un lado para no complicar mucho más las cosas. Pero ya no nos quedan embriones. Volvemos a estar a cero. Medio arruinados, eso sí, y con las manos y el corazón vacíos. ¿Qué puedo perder por ir a ver a esta mujer?. ¿Más dinero?, seguro. ¿Perder más tiempo?, seguramente sí. ¿Tener que pasar por más estudios, pruebas, análisis de los que tardan semanas y semanas?, apostaría a que sí, porque es lo que todos hacen. Juana Crespo estuvo trabajando muchos años en el Centro IVI en Valencia, y a finales del año 2014 se independizó y fundó una Clínica propia. Ojalá nos pueda atender lo antes posible, aunque ya me imagino lo difícil que tiene que ser coger cita con esta mujer, y francamente, estoy un poquito saturada ya de “divas de la reproducción asistida” (léase: Silvia Sánchez Ramón y Diana Alecsandru).

martes, 3 de abril de 2018

DIA 11 POST TRANSFERENCIA





Me encuentro en mi día 11 post Transfer. Tengo que contar cómo decidimos seguir adelante con este ciclo, porque fue una decisión súper difícil y teníamos algunas cosas en contra y algunas cosas a favor. Durante todas las ecografías de control del ciclo, se veía lo mismo de siempre, un Endometrio fino, que crece muy despacio y que seguro que se iba a quedar muy justo para transferir. El día de la última ecografía (donde se decide si seguimos adelante o no), medía 4,7mm, claramente insuficiente. Había ido creciendo, pero ese iba a ser su tope. La duda vino porque teníamos algunas cosas a favor:
·       La Vascularización alrededor del útero estaba siendo muy buena por primera vez, quizá debido a la toma de Viagra durante la preparación, que esta vez la estaba tomando de forma oral. O quizá debido a la reflexología podal, que también he estado haciendo desde hace semanas.
·       También por primera vez en casi 10 meses, tenía un óvulo madurando del ovario izquierdo, y era muy positivo poder aprovechar una ovulación natural, ya que a saber cuándo volvería a producirse otra.
·       Y otra cosa buena, aunque esto me pasa siempre, es que estaba construyendo un Endometrio trilaminar, y con muy buena forma (tipo 3, que no sé exactamente lo que significa…).

Y el único aspecto en contra era el grosor endometrial que era súper fino. Ellos ponen el límite en 5-6mm, y yo con 4,7… Por eso era una decisión difícil, y además ellos no la iban a tomar, teníamos que ser nosotros, así que nos fuimos a dar un paseo y meditar todo esto. Al final optamos por seguir adelante y aprovechar las circunstancias positivas que por primera vez teníamos, sabiendo que corríamos cierto riesgo.

Introdujimos la Progesterona, y esta vez no la llevaba por vía vaginal, para evitar que no se estuviera absorbiendo. He estado tomando 400mg vía oral (200 por la mañana y 200 por la noche), y un vial inyectable de 25 de Prolutex, que me pincho cada medio día. También empecé la Dexametasona una semana antes de la transferencia.

La transferencia fue el Viernes 23 de Marzo, y todo marchó a las mil maravillas. Ese día, el Endometrio seguía midiendo 4,7mm, no había crecido nada, pero tampoco había menguado, que hubiera sido motivo para cancelar la intervención, así que adelante.

Y aquí me encuentro, 11 días después, y muerta de los nervios, porque mañana es la prueba en sangre. Sobre síntomas, fatal, la verdad. Los primeros días sí que notaba tironcitos en el útero, pero han ido desapareciendo poco a poco. Los mareos aparecieron unos días después, pero muy leves y se han ido manteniendo. Angustia y náuseas, nada de nada, ligeros malestares de estómago nada más. Estreñimiento a tope, aunque eso creo que me lo provoco yo misma porque intento hacer la menor fuerza posible al ir al baño (espero que no sea la única que se emparanoia con esto!). Y lo único así más significativo, es un dolor inmenso de mamas que apareció hace 4 días y que cada vez va a más. He leído siempre que la Progesterona tiene este efecto secundario y que no hay que hacerse ilusiones antes de tiempo. Incluso me pregunto si es que no tendré demasiada Progesterona porque no me he quedado embarazada y mi cuerpo no la necesita, pero como yo se la meto desde fuera, le está empezando a sobrar (¿alguien me entiende?...).

Mañana saldremos de dudas, pero quería escribir hoy una pequeña actualización, porque quizá mañana no me encuentre con ningunas ganas de escribir. Tengo que confesar que tenemos intención de hacernos una prueba de embarazo de orina en casa esta tarde. Esto, hay gente que lo entenderá y gente que no. Son muchísimas las personas que no recomiendan para nada hacerla, porque puede llevar a equívoco, la propia Clínica nos lo dice siempre. Peeeeeeero… Nosotros hemos decidido que sí. No es que estemos ansiosos por saber el resultado antes de tiempo (todo lo contrario, me muero de miedo!). Es que necesito prepararme para lo que pueda venir mañana. Si no estoy embarazada, prefiero tener mi tiempo A SOLAS para asimilar este primer impacto, y no que me pille de sopetón y de forma fría en la consulta de la Clínica. Y así puedo ir mañana con la cabeza un poquito más fría y más preparada para aceptar un NO. Si la prueba da positivo me moriré de la alegría, y si da negativo, me iré preparando. Porque aunque un negativo en un “pipitest” no quiere decir un NO rotundo, y lo más fiable es la prueba en sangre, al menos tengo la idea de que puede salir mal y no me presento mañana con toda la ilusión del mundo. No sé si consigo explicarme bien y expresar lo que de verdad siento respecto a esto, pero es algo que pensamos los dos, y es lo único que a mí me vale. Si tengo que enfrentarme a un NO, prefiero que mis primeros minutos sean junto a mi marido y a solas. Si luego resulta que hoy sale que NO y mañana nos dicen que SI, pues esa alegría que nos llevamos!.

Esta vez, he tomado el reposo de una manera más seria. Aprovechando que sigo de baja y no voy a trabajar, he estado la mayor parte del tiempo tumbada en casa, dando pequeños paseos y aburriéndome un montón, pero me daba tranquilidad pensar que en esto también estaba haciendo las cosas de forma diferente a otras veces y quizá así el resultado también sería diferente a otras veces.