lunes, 9 de abril de 2018

Y DE NUEVO, SOLOS LOS DOS...



Así es… He necesitado varios días para poder tener suficiente ánimo de sentarme a escribir. Que no saliera bien, era una posibilidad, estaba claro, pero qué poco preparados estamos para estas cosas. Y es que en el fondo no hay forma humana de enfrentar nada de esto sin romperte en mil pedazos, es imposible. Es lo que hay. Es lo que toca. No hay más…

Mi embrioncito se marchó, no tuvo fuerzas para quedarse, o no tuvo opciones si quiera para intentarlo. Quizá no encontró un lugar acogedor donde implantarse. Estuvo dentro de mí unos días, pero pasó de largo. Mi Endometrio no pudo retenerlo. Que sí, que estadísticamente, las probabilidades de implantación no son altas para ninguna mujer en reproducción asistida. Que estas cosas pasan, y mucho. Lo leo constantemente en otros testimonios en Internet. Pero duele muchísimo. Cuesta salir del pozo, cuesta rehacer fuerzas y plantearse seguir adelante. ¿Cómo?. Si tan sólo hace unos días, mi vida quería girar alrededor de otra personita!!. Íbamos a ser tres a partir de ahora. El trabajo, las relaciones, la alimentación, el día a día… TODO iba a ser diferente. Y de nuevo, solos los dos… Toda nuestra vida desestabilizada de nuevo, detenida, a la espera de decisiones. Reajustar los horarios de nuevo, organizar la agenda, los compromisos, a mí es lo que más me cuesta en este momento. Porque no quiero volver a estar como antes, odio mi vida así. Por no hablar de ponerme a pensar en pasar de nuevo por esta pesadilla, por más ecografías frustrantes, por más medicación, más esperas, más cancelaciones por falta de respuesta, más esperanzas rotas mes a mes. No puedo más. Pero a la vez siento que no puedo detenerme, que si ahora paro ya no habrá vuelta atrás, y que conforme pasan los años, también se me van pasando las fuerzas, y que es ahora o nunca!. En mí siempre hay dos partes, y nunca sé cuál de las dos es la real, porque siempre conviven a la vez. La que quiere seguir y no rendirse, y la que no puede más con esto. ¿A cuál hago caso?.

Estos días atrás, he sentido verdadera envidia por todas aquellas mujeres que no están buscando embarazo. Cada vez que veía en alguna serie, video, o incluso en la vida real, lo bien que viven otras personas sin estar pendientes de este tema, que no están agobiados ni angustiados, que hacen cosas, que disfrutan, que tienen planes de vida, viajes, proyectos, actividades. Yo quería alejarme de todo esto y ser como esas personas. Pero esta angustia me persigue, esta preocupación no va a desaparecer, este tema vuelve a ser una incertidumbre en mi vida. Cada vez me parece más utópico esto de llegar a ser madre, caigo en el desánimo de creer que no lo conseguiré nunca, que me irán saliendo mes a mes miles de obstáculos en el camino, si no en una dirección, en otra, pero que nunca se juntarán los factores necesarios para que una vida pueda crecer dentro de mí y hacer realidad mi sueño de la maternidad.

Nuestro siguiente paso es hablar con una especialista que hay en Valencia, que se llama Juana Crespo. A esta mujer van a parar los “casos imposibles”, de mucha complejidad, parejas que llevan años y años de intentos. Tampoco creo que sea la panacea, sinceramente, no creo que ella pueda hacer mucho más de lo que nosotros hemos hecho ya. Pero es el último cartucho que nos queda, por lo menos para escuchar una última opinión, y porque vamos remitidos por una amiga suya, que ya nos la recomendó hace tiempo, pero que como estábamos llevando todo esto con CREA y con Madrid, decidimos dejar a un lado para no complicar mucho más las cosas. Pero ya no nos quedan embriones. Volvemos a estar a cero. Medio arruinados, eso sí, y con las manos y el corazón vacíos. ¿Qué puedo perder por ir a ver a esta mujer?. ¿Más dinero?, seguro. ¿Perder más tiempo?, seguramente sí. ¿Tener que pasar por más estudios, pruebas, análisis de los que tardan semanas y semanas?, apostaría a que sí, porque es lo que todos hacen. Juana Crespo estuvo trabajando muchos años en el Centro IVI en Valencia, y a finales del año 2014 se independizó y fundó una Clínica propia. Ojalá nos pueda atender lo antes posible, aunque ya me imagino lo difícil que tiene que ser coger cita con esta mujer, y francamente, estoy un poquito saturada ya de “divas de la reproducción asistida” (léase: Silvia Sánchez Ramón y Diana Alecsandru).

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