Qué pocas
ganas tengo de nada… Esta mañana pensé que quizá me vendría bien coger la bici.
Echo mucho de menos ir en bici, pero como hacía tanto calor este verano, la
tenía ahí aparcada, porque probé un día a cogerla y casi me da algo!. Estas dos
últimas semanas, parece que el tiempo es más fresquito, y por eso me he animado
a cogerla esta mañana. Echaba de menos los paseos, ir
por la Alameda, la sensación de velocidad… ¿Y sabes qué?, pues que está
haciendo hoy un calor para morirte. En uno de los termómetros de la ciudad
ponía que hacía 34 grados. He llegado al despacho taaaaan sudada, que me he
tenido que dar una ducha y todo. Y ahora estoy reventada. No tengo ganas de
nada, ni de comer, ni de moverme, parece que el calor ha acabado con la poca
energía que me quedaba. Y porque además, llevo algunos días rara, de mal humor,
tristona, agotada física y emocionalmente. Siempre me encuentro a la espera de
que algo pase, de que mi vida por fin se dirija donde yo quiero estar,
embarazada, feliz, con planes de futuro de familia, viendo cambiar mi cuerpo,
sintiendo a mi bebé dentro de mí.
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