Ufff, menudo
fin de semana!. Las náuseas se han multiplicado por mil, me paso los días con
angustia y ganas de vomitar. Es una sensación física tremendamente incómoda,
porque no llegas a vomitar realmente, y aunque lo hiciese, la sensación no
desaparecería nunca. Yo creo que no vomito porque soy muy resistente a las
náuseas y puedo aguantarlas bien, pero mi cuerpo está en todo momento preparado
para echar la pota. Todos los olores me molestan, los ricos y los asquerosos.
Sólo cuando me pongo a comer y se me va llenando el estómago, es cuando siento
alivio. Pero en cuanto paro, inmediatamente después vuelven rápidamente las
náuseas de nuevo y ya no se van en todo el día. Y encima, todo lo que como se
me vuelve ácido en el estómago y me paso el día eructando y con ese sabor ácido
en la boca. También siento desgana y cansancio general muy intenso, aunque esto
va a momentos, tengo algunos ratos donde me encuentro un poco mejor y con algo
más de energía, aunque son pocos. El resto del tiempo tengo sueño, cansancio,
malestar general, me cuesta respirar adecuadamente. Lo único que quiere mi
cuerpo es acostarse, estar tumbado, relajado, y no moverse. Pero es algo
imposible!. Tengo que seguir con el día a día, especialmente con mi trabajo y
mis responsabilidades.
La semana
pasada me hice análisis de sangre y ya tengo los resultados. Está todo más o
menos bien. Pero los niveles de hierro están algo bajos y me encuentro en el
límite inferior de algunos valores. He buscado información por Internet y eso
indica algo de anemia, que por otra parte es bastante habitual en un embarazo,
pero a lo mejor el médico me manda el Miércoles algún suplemento de hierro.
También me han salido un poco altos los triglicéridos. Ya me pasó una vez. No
tienen tanto grado como para tener que medicarme, ni considerar que estoy en
riesgo, pero estando embarazada, tengo que poner solución a eso. Seguramente
podría cuidar un poco mejor mi alimentación. Aunque en este momento, con tantas
náuseas, no creas que tengo mucha apetencia por nada, todo me resulta pesado de
comer. Por no hablar de las pocas ganas que tengo de ponerme a cocinar nada,
porque además aprovecho todo el tiempo libre que tengo para tumbarme un rato y
descansar. El Miércoles, cuando vayamos a la ecografía, le diré al ginecólogo
que me recete algo para las náuseas, a ver si así voy recuperando poco a poco
las ganas de comer, la energía y arranco.
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