Se me hace
tan difícil a veces encontrar el momento de sentarme a escribir… Por una cosa u
otra, no he podido hacerlo hasta hoy. Y yo sé que me vendría muy bien descargar
y hablar un poco de todo lo que me está pasando, de todos mis miedos, pero
siento que me cuesta organizarme y que me despisto con mucha facilidad.
La ecografía
que me hicieron el Viernes pasado, estuvo bien, pero nos dio muy poca
información. Se veía el saco gestacional, bien situado, bien cogido y en una
zona del útero perfecta. Pero nada más. Ni se veía embrión ni se detectaba
tampoco el latido todavía. Aparentemente puede ser algo normal, porque estoy de
muy poquito tiempo, pero (malditas comparaciones…) otras mujeres en sus
ecografías estando del mismo tiempo que yo, han escuchado sin problemas el
latido de sus bebés. LATIDO… Es que no imaginas lo importante que es para
nosotros esa palabra, lo significativa que es. LATIDO… Y todavía no hemos
podido comprobar que mi niña lo tenga… LATIDO…
El Sábado
durante la mañana, yo me notaba tironcitos en el bajo vientre, más habituales
que de costumbre. Después de comer, nos tumbamos un ratito a hacer la siesta,
unos 20 minutos, y cuando me levanté para ducharme para irme a misa, me
encontré con el salvaslip manchado de sangre. No era muy abundante, ni líquida,
ni roja. Era una mancha más bien espesa, de sangre amarronada. El susto fue
tremendo y nos fuimos corriendo a urgencias. Allí me hicieron otra ecografía
vaginal y me dijeron lo mismo que el día anterior, que era pronto para saber
nada, que el saco estaba allí, pero no se veía nada más, y que muchas mujeres
sangran durante el primer trimestre y no quiere decir nada malo. Que hiciera
reposo total y que fuera el Lunes al ginecólogo para que valorara la situación.
Eso hice. El Domingo lo pasé entero en la cama. Y el Lunes a las 8:20 tenía
cita con el médico. Me acompañó mi padre, porque Goku está toda esta semana en
un curso en Madrid súper importante al que no podía faltar, aunque el pobre se
ha ido con todo el dolor de su corazón, y llamándome cada dos por tres para ver
cómo estoy. El médico me hizo otra ecografía (esta vez en el vientre) y la
información seguía siendo, para mi pesar, la misma: sin embrión, sin latido,
pero pronto para adelantar nada… El Miércoles que viene (día 30 de Noviembre)
haremos otra ecografía y se supone que en esa ya estaré del tiempo suficiente
(y de sobra) para que se vea el embrión y se escuche el latido sin problemas.
Me dijo que me fuera a casa, me metiera en la cama y no saliera de allí en 48
horas. Si durante ese tiempo no sangraba nada, el Miércoles podría volver a mi
vida normal. Han sido dos días aburridísimos, metida en la cama, sin moverme a
penas, todo por mi bebé. Y no he sangrado nada, así que ayer ya recuperé mi
vida normal, pero me encontraba súper floja, súper débil y súper cansada, así
que excepto el tiempo que estuve con los pacientes, el resto me lo pasé tumbada
en el sofá del despacho. Me acompañó durante todo el día un ligero mareo y un
poco de angustia, que por la tarde ya se hizo casi insoportable. Me había
llegado tan de repente el síntoma de las náuseas, que mi madre me dijo que a
ver si iba a ser un virus y no un síntoma de embarazo. Pero no llegué a vomitar
en ningún momento ni me sentó mal la comida (lo poco que comí, porque no tenía
casi ganas). Me acosté con muchísimo malestar y dolor de tripa, pero en cuanto
me relajé y me dormí, se me pasó. He dormido del tirón y me he levantado muy
bien, de nuevo sin síntomas. Aunque conforme va avanzando el día, me noto una
ligera fatiga. Tengo muchos gases y estoy eructando constantemente, algo de
acidez en el estómago y sensación de náuseas, pero muy leves. No sé si
empeorará durante la tarde, como me pasó ayer. Espero que no, porque realmente,
las últimas dos terapias del día las llevé un poquito mal, y cuando terminé,
sólo tenía ganas de acurrucarme y que se pasara el dolor de estómago. Lo que
peor llevé fue tener que conducir hasta mi casa, tarde, con sueño, con
náuseas.. Ufff, me costó un montón llegar. Por un lado me siento tranquila y
algo feliz, porque este síntoma, aunque molesto, a mí me relaja y me ayuda a
pensar que todo va bien ahí dentro. Me preocupa más la próxima ecografía,
porque hasta que no la hagamos, no podemos tener la certeza de que mi niña está
bien. Pero imagínate cómo estamos de nerviosos. De nuevo la espera eterna hasta
el Miércoles que viene. ¡¡Casi una semana entera!!.
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