jueves, 24 de noviembre de 2016

ESTA VEZ SI, POR FAVOR!



Se me hace tan difícil a veces encontrar el momento de sentarme a escribir… Por una cosa u otra, no he podido hacerlo hasta hoy. Y yo sé que me vendría muy bien descargar y hablar un poco de todo lo que me está pasando, de todos mis miedos, pero siento que me cuesta organizarme y que me despisto con mucha facilidad.

La ecografía que me hicieron el Viernes pasado, estuvo bien, pero nos dio muy poca información. Se veía el saco gestacional, bien situado, bien cogido y en una zona del útero perfecta. Pero nada más. Ni se veía embrión ni se detectaba tampoco el latido todavía. Aparentemente puede ser algo normal, porque estoy de muy poquito tiempo, pero (malditas comparaciones…) otras mujeres en sus ecografías estando del mismo tiempo que yo, han escuchado sin problemas el latido de sus bebés. LATIDO… Es que no imaginas lo importante que es para nosotros esa palabra, lo significativa que es. LATIDO… Y todavía no hemos podido comprobar que mi niña lo tenga… LATIDO…

El Sábado durante la mañana, yo me notaba tironcitos en el bajo vientre, más habituales que de costumbre. Después de comer, nos tumbamos un ratito a hacer la siesta, unos 20 minutos, y cuando me levanté para ducharme para irme a misa, me encontré con el salvaslip manchado de sangre. No era muy abundante, ni líquida, ni roja. Era una mancha más bien espesa, de sangre amarronada. El susto fue tremendo y nos fuimos corriendo a urgencias. Allí me hicieron otra ecografía vaginal y me dijeron lo mismo que el día anterior, que era pronto para saber nada, que el saco estaba allí, pero no se veía nada más, y que muchas mujeres sangran durante el primer trimestre y no quiere decir nada malo. Que hiciera reposo total y que fuera el Lunes al ginecólogo para que valorara la situación. Eso hice. El Domingo lo pasé entero en la cama. Y el Lunes a las 8:20 tenía cita con el médico. Me acompañó mi padre, porque Goku está toda esta semana en un curso en Madrid súper importante al que no podía faltar, aunque el pobre se ha ido con todo el dolor de su corazón, y llamándome cada dos por tres para ver cómo estoy. El médico me hizo otra ecografía (esta vez en el vientre) y la información seguía siendo, para mi pesar, la misma: sin embrión, sin latido, pero pronto para adelantar nada… El Miércoles que viene (día 30 de Noviembre) haremos otra ecografía y se supone que en esa ya estaré del tiempo suficiente (y de sobra) para que se vea el embrión y se escuche el latido sin problemas. Me dijo que me fuera a casa, me metiera en la cama y no saliera de allí en 48 horas. Si durante ese tiempo no sangraba nada, el Miércoles podría volver a mi vida normal. Han sido dos días aburridísimos, metida en la cama, sin moverme a penas, todo por mi bebé. Y no he sangrado nada, así que ayer ya recuperé mi vida normal, pero me encontraba súper floja, súper débil y súper cansada, así que excepto el tiempo que estuve con los pacientes, el resto me lo pasé tumbada en el sofá del despacho. Me acompañó durante todo el día un ligero mareo y un poco de angustia, que por la tarde ya se hizo casi insoportable. Me había llegado tan de repente el síntoma de las náuseas, que mi madre me dijo que a ver si iba a ser un virus y no un síntoma de embarazo. Pero no llegué a vomitar en ningún momento ni me sentó mal la comida (lo poco que comí, porque no tenía casi ganas). Me acosté con muchísimo malestar y dolor de tripa, pero en cuanto me relajé y me dormí, se me pasó. He dormido del tirón y me he levantado muy bien, de nuevo sin síntomas. Aunque conforme va avanzando el día, me noto una ligera fatiga. Tengo muchos gases y estoy eructando constantemente, algo de acidez en el estómago y sensación de náuseas, pero muy leves. No sé si empeorará durante la tarde, como me pasó ayer. Espero que no, porque realmente, las últimas dos terapias del día las llevé un poquito mal, y cuando terminé, sólo tenía ganas de acurrucarme y que se pasara el dolor de estómago. Lo que peor llevé fue tener que conducir hasta mi casa, tarde, con sueño, con náuseas.. Ufff, me costó un montón llegar. Por un lado me siento tranquila y algo feliz, porque este síntoma, aunque molesto, a mí me relaja y me ayuda a pensar que todo va bien ahí dentro. Me preocupa más la próxima ecografía, porque hasta que no la hagamos, no podemos tener la certeza de que mi niña está bien. Pero imagínate cómo estamos de nerviosos. De nuevo la espera eterna hasta el Miércoles que viene. ¡¡Casi una semana entera!!.

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