jueves, 15 de diciembre de 2016

TEORIAS ABSURDAS


Hoy sólo quiero un poco de paz y de silencio, al menos durante unas horas. La semana está siendo muy dura, mi estado de ánimo no acompaña y mi cabeza no deja de pensar, de darle vueltas, de buscar respuestas. Me siento triste y desanimada con todo, abatida. Se acercan las navidades y yo no tengo ninguna ilusión por vivirlas, no quiero celebrar nada… Necesito la mañana para descansar, para vivir mi dolor sin tener que ver a nadie y hacer esfuerzos por aparentar entereza. Quiero estar sola. Me gustaría quedarme en un rincón y desaparecer. Ojalá pudiera aislarme del mundo, de todo, durante varios días. Me iría con Goku, lejos, lejísimos, donde no tuviera que estar pendiente de poner buena cara. Sé que todo el mundo comprende y empatiza conmigo y con lo que estoy pasando, todos se muestran súper comprensivos conmigo. Pero aún así sigue habiendo esfuerzos que tengo que hacer y que preferiría no tener que hacerlos. Si me dieran a elegir, no celebraría ningún acto estas navidades, ni Nochebuena, ni Nochevieja, ni nada de nada. Dejaría pasar el tiempo y los días, sin más. Pero está mi familia, están mis sobrinos, y tengo que hacerlo por ellos, aunque las ganas de llorar me estén acompañando en todo momento. Ya veremos cómo consigo sobrevivir a estas semanas.

Últimamente se nos pasa de todo por la cabeza. Cuando ocurre algo para lo que no hay explicación, es inevitable ponerte a buscar respuestas de las formas más curiosas. Es lo que tiene la mente, que no puede parar hasta que consigue encajar las piezas y darle algo de sentido a lo que está viviendo, y más, a lo que está sufriendo. Hay dos teorías absurdas que me gustaría compartir, sacar de mi pensamiento, porque aún siendo ridículas y extravagantes, no dejan de revolotear por mi mente. Al pensarlo con calma, me da hasta vergüenza decirlas en voz alta, pero están ahí, y ojalá llegue un momento en que tengamos súper claro lo que ha ocurrido y las lleguemos a descartar.

1.     Algo maligno en mi casa… Ya sé que suena a película barata de terror. Es más una idea de Goku, pero que cuando compartió conmigo, mi mente le pudo dar todo el sentido del mundo, al menos por un tiempo. Teníamos una periquita, que se llamaba Daeneris, que nunca consiguió poner huevos, o si los ponía, siempre estaban vacíos, y al final se murió en el intento, sin llegar a ser madre en ningún momento. La pregunta es: ¿es que hay algo en mi casa, en el ambiente, que influye negativamente en la maternidad, venga de quien venga?...
2.     Un error de laboratorio… Teníamos 6 embriones, 3 buenos y 3 malos. Cuando le pregunté a la bióloga que habló con nosotros qué pasaría si me hubiesen puesto los embriones “alterados”, me dijo que claramente habrían acabado en aborto. Y eso es justo lo que ha pasado. La pregunta es: ¿pueden haber cometido un error y nos hemos quedado con los 3 embriones malos y se han podido destruir los 3 embriones sanos?. Esto sería algo horrible, porque significaría que los dos que nos quedan acabarían en aborto también o en el peor de los casos, en niños con problemas mentales o malformaciones...

No sé si a lo largo de los días irán apareciendo más teorías absurdas sobre lo que nos ha pasado. Obviamente, nos falta la respuesta médica, que seguramente estará mucho más acertada que éstas razones que se nos ocurren a nosotros. Lo que más temo es que me acaben diciendo que no tiene explicación clara, y que son simplemente cosas que pasan, y que a nivel estadístico es una probabilidad más, aunque sea pequeña, y nos ha tocado a nosotros. Temo también que concluyan diciéndonos que no le demos más vueltas, y lo aceptemos sin más. Eso me dejaría muchas incógnitas abiertas, y lo peor, no poder tomar precauciones o medidas de cara al siguiente embarazo.

Tampoco quiero hablar con nadie de estos asuntos, porque siento que cuando lo hago, pierdo objetividad, me afloran las lágrimas y dejo de pensar con claridad y sólo siento rabia. Y tampoco quiero escuchar a la gente consolándome, quitándole importancia a lo que ha pasado, dando ¿por sentado? que la próxima vez será la definitiva. Sé que es lo que tienen que decir, lo que a ellos les hace sentirse mejor cuando lo dicen, pero no es la verdad. Jamás pondría una mala cara cuando se dirigen a mí intentando darme consuelo, ni se me ocurriría, todo lo contrario, sonrío y agradezco el interés que tienen en reconfortarme, acepto los abrazos y las palabras que quieran darme. Porque sé que en el fondo no hay consuelo posible, y al menos prefiero quedarme con la buena intención de la gente. Ya soporto suficientes rabias por mí misma, no puedo permitir que el resto de personas me despierten más. Por eso quiero y necesito estar a solas, con mi silencio, con mis pensamientos, con mis dolores y con mis teorías absurdas.

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