Siguen
pasando los días, lentos, MUY lentos, me está haciendo eterno!. Incluso en
ocasiones parece que me voy acostumbrando a no estar embarazada, cuando semanas
atrás era lo único en lo que pensaba. Hoy estoy cansada de anhelar algo que
tarda tanto en llegar y mi mente desconecta por momentos, agotada ya de
sentirse tan frustrada. Lo malo es que esa desconexión mental también se lleva
mis ilusiones y mis motivaciones con el tema… Y no me gusta…
Mientras
tanto, yo sigo con mi fiebre minimalista. Tengo tanto por hacer!!!. Por lo
menos me está sirviendo también de desconexión, porque así centro mis esfuerzos
en otras cosas. Y me ha pegado fuerte, no te creas!. Estoy vaciando mi casa de
miles de cosas absurdas. Me siento genial al hacerlo. Se me hace un poco pesado
pensar en todo lo que me queda por delante, porque acumulamos tantas cosas en
los armarios, que de la mayoría ni nos acordamos. Cajones, estanterías, todo en
mi casa está repleto de cosas. Lo bueno que siempre he tenido es que las
superficies suelen estar bastante despejadas en mi casa. Tiendo más a guardar
las cosas que a dejarlas visibles. Eso me ha dado siempre la sensación de ser
muy ordenada. Pero en el fondo lo único que hago es quitarlas de la vista, en
lugar de usarlas adecuadamente y despejar también aquellos espacios “que no se
ven”. Ahora me preocupa más que haya un orden tanto por fuera como por dentro,
porque también es importante.
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