No me preguntes
por qué, pero los Lunes suelo sentir ganas de escribir. Y más especialmente
cuando el fin de semana ha sido duro. Más que duro, yo diría que este fin de
semana ha sido extraño. Extraño porque ha tenido una mezcla de emociones muy
dispares. Porque también, por primera vez, he mentido a mi familia, porque no
me apetecía estar con ellos, y les hemos dicho que teníamos un compromiso con
amigos para comer el Domingo, cuando en realidad, hemos estado solos en casa, a
tan sólo unos metros de ellos (estaban reunidos en casa de mis padres, que
viven en la misma finca que yo…). No me siento orgullosa de ello, no me gusta
hacer esto, pero no había ganas ni fuerzas por parte de ninguno de los dos, y
así lo hicimos al final.
Extraño
también porque encontré a Goku llorando en la cama, hundido, casi no podía ni
hablar conmigo. Hasta ahora se ha estado mostrando fuerte delante de mí, quiere
protegerme, quiere que me encuentre bien. Pero este Sábado se derrumbó y me
dijo que desde la pérdida del bebé, él ya no es el mismo, que se nota cambiado
para peor, y que siente que nunca va a ser como antes, que cree que no lo
supera. Me partía el alma verle de ese modo. En esta ocasión fui yo la que
intentó aparentar fortaleza delante de él, pero no siempre me sale bien. No supe
ayudarle, no sabía qué decirle, porque yo me siento igual de mal, a veces creo
que peor (ahora ya no estoy tan segura). Lloramos los dos, y nos intentamos
recomponer lo más rápido posible, pero no hemos vuelto a hablar del asunto. Sin
embargo, estos días, Goku está más alterado que de costumbre, irritable,
nervioso, la mayor parte del tiempo encerrado en sí mismo, pensativo. Entiendo
que debo darle su espacio, y respetar sus procesos y sus estados, y lo hago,
pero me siento muy mal, me siento impotente. Le veo sufrir y me duele el
corazón. No sé qué hacer para que se sienta mejor. No es justo, porque él
siempre acaba encontrando la forma de ayudarme a mí, de sacarme una sonrisa, de
hacerme sentir su amor, y tengo la sensación de que yo no llego a él de la misma
manera. También está lo del curso dichoso que está haciendo (en qué mala hora
empezó), porque hay muchos días en los que está muy tenso por sacar buenos
resultados. Le quita mucho tiempo que yo creo que ahora necesita para relajarse
y desconectar, y no tener más quebraderos de cabeza. Afortunadamente le queda
ya menos para terminar, sólo dos exámenes más. Ni si quiera nos podemos ir de
vacaciones en Junio, como siempre hemos hecho, porque tiene que estudiar. Hasta
el 19 de Julio no termina, y a partir de esa fecha hay dos inconvenientes para
viajar. El primero es que es temporada alta y todo estará carísimo y
abarrotadísimo (por eso siempre nos vamos nosotros en Junio). Y el segundo es
que no sabemos cómo vamos a estar, ojalá y suceda que me quedo embarazada y
tenemos que renunciar a ir de vacaciones. Y de todas formas, si no me quedase,
eso significa que tenemos que seguir con los tratamientos, y para eso
necesitamos mucho dinero, y tampoco sería buen momento para hacer un viaje y
gastar. Así que mira qué panorama, por lo pronto, está claro que este año nada
de vacaciones!.
No hay comentarios:
Publicar un comentario