Casi estamos llegando
al primer trimestre de embarazo. Hoy estoy de 10 semanas y empezando la semana
11. Ya hemos empezado con el ginecólogo nuevo, y no podría estar más contenta.
Ahora cuento los detalles…
Con Juana
terminamos el día 12 de Junio, y el 14 ya teníamos cita con el doctor Antón
Millet, que es mi nuevo ginecólogo (después de conocer a varios y ver que este
señor era el único que controlaba un poco de reproducción asistida y todos los
estudios recientes, y el único que no me puso cara de póker al oír hablar de
las “Natural Killer” por ejemplo). Tiempo después supe que además había sido el
ginecólogo de mi hermana (no lo recordaba) y ella está súper contenta con el
trato. Juana me dijo que me mandaría el alta de reproducción asistida por email
con algunas recomendaciones y con algunas especificaciones para el ginecólogo
que llevara mi embarazo y mi parto, pero a día de hoy, todavía no me ha enviado
nada. Seguiremos esperando, o como siempre, me tocará hacer acto de presencia
en algún momento para que se acuerden de mí. A ver si tengo tiempo un día y
puedo sentarme tranquilamente a escribir sobre mi paso por las Clínicas de
Reproducción Asistida y su funcionamiento general, que me parece importante.
Nuestra
primera consulta con Antón Millet fue rápida y práctica, poco más. Nos hizo un
montón de volantes para analíticas y me dio varias citas que él consideraba
importantes, con la Nutricionista y con el Endocrino. Y nos citó para una nueva
ecografía el día 1 de Julio (18 días después, una eternidad para mí, pero
bueno). Y ya. Imagino que las citas con el ginecólogo privado serán así,
pim-pam, ale, fuera!.
Y parece que
mi mente y mi cuerpo necesitaban esta confirmación oficial de embarazo para
ponerse en marcha, porque a los días empezaron los síntomas de embarazo. Hasta
entonces, prácticamente no había sentido ninguno, y eso me preocupaba un
montón. Parece mentira, pero en estos casos estás deseando sentirte fatal y
tener un montón de sensaciones de embarazo, como para poder estar confirmando
psicológicamente que es real, que hay embarazo de verdad y no es una ilusión.
Aunque luego no quiere decir nada, porque en mi primer aborto diferido, yo
llegué ese día con mil angustias a la consulta y mucho malestar, y hacía días
que mi bebé se había parado. Pero bueno, hay una parte inconsciente en estas
cosas que ayuda cuando te encuentras mal. Y hasta ese momento no había sentido
casi nada, y me vino todo de golpe (parece que necesitara el alta de
reproducción asistida para que mi cuerpo se enterara). Fatiga constante, ascos
a casi todo, dolor de estómago, dolor de mamas, frecuencia de micción y
cansancio extremo. Lo único que no experimento de momento es sueño a lo largo
del día, lo cual agradezco porque así me puedo mantener más o menos activa.
Hasta donde me dejan, porque no veas el control parental y marital que tengo en
este momento y con este embarazo. Yo les entiendo, pero a veces me resulta
asfixiante. No quiero hacer nada yo tampoco que pueda perjudicar al bebé, pero
creo que ellos se pasan un poco. Si fuera por mi marido, no saldría de casa en
todo el día ni me movería, y eso no puede ser. Además, me encuentro mejor,
física y psicológicamente, cuando salgo un poco y me da el aire. Es verdad que
la recomendación clínica es de pasar entre 12 y 14 horas al día tumbada, pero
el resto del tiempo puedo intentar llevar una vida normal, y además tengo que
caminar bastante y mantenerme un poco activa para favorecer la circulación y
compensar un poco.
Así paso la
mayor parte del día, llevando vida relajada, tumbándome cada vez que puedo (a veces
lo necesito porque me fatigo con nada) y saliendo a pequeños intervalos para
caminar lo suficiente y mantenerme un poquito activa. Nada de trabajo de
momento. Lo cual, en mi profesión es súper difícil de llevar a cabo, pero creo
que me he organizado bien al final. Lo que he hecho es hablar con los pacientes
que tenía en una situación más delicada y ofrecerles la posibilidad de trabajar
con otra terapeuta, dado que yo no sé por cuánto tiempo voy a estar en estas
condiciones. 6 de estas personas han aceptado y ya les he derivado a una
compañera. Y 5 personas (pese a mi recomendación) han decidido esperar a ver cómo
se resuelve mi situación, porque no quieren cambiar de terapeuta, y por ahora
lo que hacemos es hablar algunos días por teléfono, por lo menos para llevar un
control y seguimiento de lo que les pasa. El resto, además de que no considero
que se encuentren en una situación de riesgo o de necesidad, pueden esperar
perfectamente el tiempo que haga falta, porque ya se trata de personas que
vienen años conmigo, en “seguimiento de vida”, como llamo yo a estas terapias,
y que han vivido tan de cerca toda mi historia de infertilidad desde hace tanto
tiempo, que casi están más preocupados que yo porque me cuide y haga reposo. Me
acerco algunos días al despacho, los que me encuentro un poquito mejor, o
cuando tengo alguna cita médica, y aprovecho para trabajar un poco en cosas
administrativas, de esas que nunca me da tiempo de hacer porque los pacientes absorben
toda mi atención y mi energía profesional. O escribo, mucho, muchísimo!!, no
veas cómo lo necesito en este tiempo, que mi cabeza va a mil por hora, y yo
necesito escribir para hacer “auto-terapia”… Pero siempre alternando ratos
donde me tumbo en el sofá y descanso. Aquí en el despacho, por otro lado, se
está muy bien, porque tengo Aire Acondicionado, el sofá para descansar, puedo bajar
a dar algún paseo por el centro, y me siento muchísimo mejor que cuando me
quedo en casa. El Lunes que viene tenemos la ecografía por fin, y a ver qué me
dice el Doctor Millet al respecto del reposo.