Hoy me siento
un poquito más fuerte para escribir y hacer un resumen de todo lo que ha
acontecido estas últimas semanas. Porque estos días atrás no he sido capaz la
mayoría de las veces, ni tampoco he tenido el tiempo necesario en otras, así
que he estado posponiendo mis reflexiones y mis pensamientos, y el momento de
sentarme y escribir, que es lo que a mí más me ayuda a pensar.
Empezaré por
nuestra primera visita al Instituto de reproducción asistida CREA. Nos atendió
una doctora de nombre raro que ahora no recuerdo. Estuvimos casi una hora
comentando nuestros datos, antecedentes y otros aspectos personales. Algo que
no me gustó demasiado es que hizo caso “omiso” a mis gráficas de temperatura y
sólo las miró MUY por encima. Ese detalle no me dejó buen sabor de boca, porque
he estado invirtiendo mucho tiempo y esfuerzo en recoger todos esos datos, en
entenderlos, etc., y me dio la impresión de que no le daba la más mínima
importancia. No me resolvió la mayoría de las dudas que yo llevaba apuntadas,
las cuales ni si quiera leyó tampoco… De esta reunión, sólo sacamos un par de
cosas en claro (además del tema económico, que tuvimos que pagar por adelantado
200 euros para poder empezar las pruebas diagnósticas). Una es que no es
posible dar una respuesta fiable a nuestros aparentes problemas de fertilidad
hasta que no me baje la regla y me puedan hacer varias pruebas (cosa que tiene
sentido), porque es muy importante comprobar cómo se encuentra mi reserva
ovárica y otros elementos que sólo se pueden evaluar entre los días 3 y 5 de mi
periodo. Y la otra cosa que nos confirmó es que había tenido un aborto
bioquímico y por eso se me había estado retrasando tanto la regla. Esto, en el
fondo no es tan mala noticia, porque al menos significa que una parte de mi
sistema reproductivo responde adecuadamente. Y así quedó la cosa. Que teníamos
que esperar a que me bajase la regla y llamar ese mismo día para poner todo el
proceso en marcha. A día de hoy, todavía no me ha bajado la regla…
Mi vena
obsesiva me tiene constantemente buscando información en Internet sobre estos
temas. Sólo quiero entender. Necesito entender. Y como se me quedaron muchas
preguntas sin resolver en nuestra reunión con CREA, estuve buscando
especialistas en Valencia en métodos naturales de reproducción, y también en el
método sintotérmico, y encontré una doctora que se llama Concepción Medialdea,
fundadora del IVAF (Instituto Valenciano de Fertilidad) y que pasa consulta los
Viernes por la tarde en un centro clínico privado. Así que llamé y me dieron
cita con ella para el Viernes pasado.
Sobre esta
reunión, tengo varias impresiones… por una parte, por fin alguien estaba
dispuesta a escuchar mis dudas, a mirar detenidamente mis gráficas y darle
valor a todo mi esfuerzo. Esta mujer es PRO concepción natural. El problema es
que es “tan PRO” que yo creo que en algunos momentos pierde objetividad. Nos
des-recomendó vehementemente cualquier método de reproducción asistida, y yo en
este tema sigo teniendo mis dudas. Pero realmente, los argumentos que aportaba
para no recomendar esos métodos eran exclusivamente morales y éticos, bajo su
punto de vista religioso. A mí no me importa que sea una persona religiosa (del
Opus, para ser exactos, aunque todo esto lo he sabido después de nuestra cita),
pero no creo que Dios se manifieste tan claramente en contra de estas cosas.
En cuanto a ella, Concepción (menudo nombre más apropiado para el caso…), le
he escrito esta mañana un email en agradecimiento, y no descarto tener más
sesiones con ella para hablar de estos temas, pero siempre valorando su opinión
como “una más” de entre todas las posibles.
El caso es
que en este momento no sabría qué hacer. Mi mayor deseo es poder concebir un
hijo de forma natural, pero tengo serias dudas sobre qué haría llegado el
momento, si se comprueba al 100% que esto no sería posible. Lo que no quiero es
rendirme antes de tiempo, y recurrir a métodos que quizá podría ahorrarme,
tanto para mí misma, como para mi futuro bebé. No dejo de tener la impresión de
que todas las recomendaciones profesionales que me llegan, se dan
precipitadamente y sin ofrecerme otras opciones, sin que nadie me explique nada
a fondo, y dando por sentado cada uno, que es la única vía posible de solución.
No quiero ser una marioneta a la que vayan llevando de un lado a otro sin poder
tener voz propia.
Hoy por hoy,
sobre este tema, hay dos aspectos que tengo muy claros. Uno de ellos es que
considero que la naturaleza es muy sabia, y que de algún modo, tiende a buscar
su propio equilibrio, y siento que yo no le estoy dando a mi cuerpo esa oportunidad, siento que no le estoy dando la oportunidad de escuchar lo que quiere
decirme con esta situación, porque todo a mi alrededor son prisas y presiones.
Necesito una confirmación más firme sobre mi fertilidad (no quiero llamarlo
infertilidad todavía), no sólo lo que digan unos análisis de sangre. Porque si
existe la más mínima posibilidad de que pueda quedarme embarazada por mis
propios medios, así es como quiero que sea. Y si no existe ninguna posibilidad
(NINGUNA) ya pensaré qué hago sobre este tema, pero no antes…
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