La verdad es
que estoy súper perezosa hoy para escribir. Como tengo que contar todo lo de la
intervención, se me hace pesado!. Pero quiero hacerlo, porque quiero poder
recordarlo con el tiempo, y si no lo escribo, se irá difuminando en mis
recuerdos. No tendría ningún sentido hacer el esfuerzo de contar aquí todo este
proceso de ser madre, si luego, ante momentos importantes, me vence la pereza y
no escribo…
Realmente ha
sido todo muy sencillo, y tan rápido, que casi no me he percatado de todos
estos días, se me han pasado volando. Por desgracia, ya voy teniendo
experiencia en este tipo de intervenciones, todo empieza igual, llego al
Hospital, me dan una habitación, me ponen un gotero con antibiótico y me meten
dos pastillas azules por la vagina, que me van a dilatar el cuello del útero en
un par de horas. Cuando pasa ese tiempo, me llevan al quirófano y allí todo
pasa tan rápido que casi no me entero. En Milenium, el anestesista me dijo que
me dormirían completamente con anestesia total, que tuviera paciencia al
despertar porque lo normal es que le siente un poquito mal al cuerpo. Yo iba
algo preocupada con este despertar, pero allí en el Hospital, me dijeron si
prefería que no me durmieran y me pusiesen una epidural, que sólo me anestesiaría
de cintura para abajo, pero seguiría despierta durante todo el proceso, con
algún sedante suave para quedarme un poco adormecida. Y así fue, la operación
duró una hora, pero para mí sólo pasaron 5 ó 10 minutos, como en un sueño
relajante. La sensación de después en las piernas fue mucho peor, porque no las
podía mover en absoluto y tardaron bastante rato en volver a ser mis piernas, y
era bastante desagradable. No podía mover ni el culo!!. Sobre el dolor, nada de
nada, sólo leves molestias en el útero, pero quizá incluso menos que una regla
de las que duelen. En esta ocasión no pedí analgésicos para el dolor, y así no
ha habido nada que me haya sentado mal, como otras veces. Por la tarde ya me
fui a casa, y me encontraba bastante bien. Si no fuera porque estaba sangrando
bastante, casi hubiera sentido que físicamente no me habían hecho nada. Aún
así, he sido obediente y me he pasado casi todo el fin de semana sin moverme
mucho. Y en realidad se me ha pasado volando!.
Ahora ya
vuelvo a estar en el despacho. Vuelvo a enfrentar la semana que tengo por
delante, sin muchas ganas de nada, como siempre me pasa últimamente, y como
nunca antes me había pasado en mi trabajo. No es que añore otros tiempos,
porque estoy en un momento de mi vida que necesito un cambio hacia adelante, no
hacia atrás. Tuve mis años de éxito profesional, de ambición económica. Gracias
a eso hemos podido ahorrar tanto dinero y ahora no nos vemos ahogados con todo
el gasto que está suponiendo que me quede embarazada. Pero hoy mis prioridades
han cambiado. Por ahora lo más importante soy yo. Y después Goku y mi bebé. Por
este orden.