Ni si quiera
sé cómo empezar… Me siento tan triste y desanimada que no he encontrado hasta
ahora las fuerzas para sentarme a escribir. Pero hoy lo necesito. Además no
tengo pacientes en todo el día, no tengo que ver a nadie, voy a estar sola
conmigo misma y necesito recapacitar las cosas y pensar en algunas decisiones.
Estuve embarazada
durante 11 semanas. 11 maravillosas semanas en las que me sentía súper feliz
con mi embarazo, compartiendo con las personas importantes para mí, mi alegría.
Estaba más cerca de Goku que nunca, teníamos muchísimos planes… Llevé un
embarazo físicamente horrible, pero lo soportaba incluso con ilusión, pensando
que todas las náuseas, cansancio, malestares y acidez que tenía, eran buena
señal en el fondo (y sigo creyendo que así es…), señal de que había una vida
dentro de mí desarrollando sus funciones y tomando de mí todo lo que
necesitaba. He querido muchísimo a este bebé. Le he hablado, le he escrito, le
he cantado, y he compartido con él no sólo mi cuerpo sino también muchas
esperanzas y amor. Las Navidades fueron magníficas, dando la noticia a nuestras
familias, viviendo con ellos tanto su sorpresa como su entusiasmo e ilusión.
Era un bebé súper deseado y esperado por todos.
Pero a las 11
semanas, su corazoncito se paró. Y yo no me di ni cuenta… Es curioso cómo
funciona la mente humana en situaciones de tanto dolor. Me tenía obsesionada,
por encima de todo, la idea de saber “exactamente” en qué momento ocurrió, y
qué estaba haciendo yo en ese momento preciso (dormir… ducharme… conducir,
trabajando con algún paciente…, ¿¿¿¿cuándo???). Porque yo no noté nada… y no
pude hablarle ni acompañarle en ese instante tan decisivo para su final de
vida. No podía quitarme esto de la cabeza, casi de forma obsesiva. Creo que
estaba concentrando todo mi dolor en una sola cosa porque pensar en todo a la
vez se me hacía tremendamente difícil.
El día 25 de
Enero fuimos por la mañana a una revisión de rutina, y el médico nos lo
comunicó. Fue muy delicado con nosotros, se notaba que le estaba costando
muchísimo dar esta terrible noticia. No me he sentido nunca tan vacía como en
ese instante, a punto de venirme abajo en cualquier momento. Tuvimos que
aguantar una mañana interminable de pruebas, y cuando llegamos a casa, tuvimos
el peor día de nuestra vida. Estábamos impactados, tristes, vacíos, sin ganas
de nada. Sólo nos metimos en la cama y estuvimos casi toda la tarde llorando y
durmiendo, porque era la única manera de poder llevar ese dolor. Decirlo a
nuestras familias también fue un trago súper amargo, se lo han pasado todos
muy, muy mal. Todavía tuve a mi bebé sin vida dentro de mí hasta el Miércoles
27, que me hicieron un legrado. Esa sensación es horrible, verte la tripita
(porque ya se me notaba un poquito), saber que estaba todavía conmigo, pero que
al día siguiente me lo iban a quitar…
Afortunadamente,
la operación salió muy bien, casi no tuve molestias ni dolor, y sólo sangré
durante un par de días como mucho. Hoy todavía sigo manchando, pero a días, y
de un color como muy anaranjado, y de un intenso olor avinagrado, nada
desagradable, pero sí penetrante. Los siguientes días fueron muy tristes,
despidiéndonos de nuestro bebé, de nuestras ilusiones con el futuro, de todos
los planes que ya teníamos en nuestra cabeza desde hacía semanas. Nos fuimos a
comprarle una caja muy bonita donde hemos metido las poquitas cosas que hasta
ese momento habíamos comprado para el bebé y algunas que nos habían regalado,
junto con sus ecografías y todos los videos que teníamos de su anunciamiento
(que metimos en un USB en la caja). Es una caja muy especial que hemos puesto
en nuestra habitación para tenerle siempre presente. Los dos anteriores abortos
(bioquímicos) no los hemos vivido tan dolorosamente, quizá porque casi ni nos
llegamos a enterar de haber estado embarazados, pero este ha sido muy distinto,
a este bebé le llegamos a oír el latido de su corazón. Nunca hubiera imaginado
en ese momento que sería la primera y la última vez que le escucharíamos con
vida. Soy consciente de que muchas parejas pasan por esto mismo, por desgracia,
muchas. Varias personas de mi familia y de mi entorno ya lo han vivido antes,
pero cuando te toca a ti directamente, es muy distinto, es MUY doloroso.
Goku y yo
hemos pasado por muchas fases. Al principio, mucha pena, vacío y dolor. He
llorado muchísimo esta pérdida. Mientras he estado embarazada me sentía súper
acompañada todo el tiempo, llevaba conmigo un pedacito de vida a todas partes,
es una sensación preciosa, por muy mal que me encontrara. Los primeros días
después de perderlo fueron duros, pero estas semanas lo están siendo más.
Aunque ya no sentimos tanta pena y dolor, ambos estamos muy hipersensibles e
irritables con todo. Hemos discutido un montón por cosas absurdas, por ambas
partes. Nos damos cuenta y nos arrepentimos, pero es que estamos muy nerviosos,
frustrados y alterados. Me siento muy deprimida, me siento muy sola. Ya no
quiero esta vida, este tipo de vida, quiero ser mamá!!, quiero ese cambio, no
quiero volver a lo de antes nunca más.
Ahora estamos
en un momento delicado, no sólo por todo lo mal que lo estamos pasando, sino
porque también es momento de tomar algunas decisiones, y yo me siento súper
confusa al respecto. Esta mañana hemos tenido visita con el ginecólogo, le
hemos llevado el resultado del análisis anatomopatológico y nos ha confirmado
que ha sido un aborto diferido, dentro de la normalidad, debido a que el bebé
no venía bien y mi propia naturaleza ha detenido su desarrollo. Con lo cual, en
principio, no hay ninguna causa grave o específica, al parecer 1 de cada 3
embarazos acaba de esta manera, y no significa nada más. Pero aún así, nos ha
recomendado volver a CREA y continuar con el estudio que empezamos, para
descartar alteraciones que pudieran afectar a otros embarazos y terminar de
valorar también mi problema de menopausia precoz, que dejamos a medias. Según
el médico, la reproducción asistida asegura una mejor calidad en los óvulos y
en el esperma, de modo que ofrece más garantías de éxito y reduce las
probabilidades de que me vuelva a pasar lo mismo y podamos tener otro aborto.
Por lo que yo he entendido, es una manera de asegurarse de que se escogen los
mejores óvulos y el mejor esperma para la fecundación, aunque eso no garantiza
al 100% que no pueda haber problemas o un nuevo aborto, pero al perecer, de
manera natural, las probabilidades de que vuelva a ocurrir son más altas. Al
menos las nuestras.
Y yo no sé
qué hacer… tengo testimonios y versiones de todo tipo a mi alrededor. Mucha
gente me lo recomienda, y le da más valor a conseguir que sea madre, que a los
medios a los que tengamos que recurrir. El médico, mi madre, mi cuñada, algunas
de mis amigas… Aunque mis índices de menopausia sean altos, ya me he quedado
embarazada 3 veces, así que óvulos tengo (lo que no parece tan claro es que
sean de buena calidad, o por lo menos los 3 que hemos conseguido fecundar…). Y por
otra parte, también tengo opiniones que me recomiendan fiarme de mi propia
naturaleza y seguir adelante por mis propios medios, de forma natural y sin
interferir de manera artificial, que es lo más sano y saludable, que el cuerpo
es muy inteligente, etc. Y por otra parte, también me dicen que la fecundación
in Vitro fecunda varios óvulos, y que sólo implantan los mejores, y el resto
los destruyen o los utilizan para investigación. Me cuesta aceptar que se pueda
crear vida a través de mí y de mis óvulos, y a través de Goku y de su esperma,
y que luego se destruya o se experimente con ella (¡¡es vida!!, por favor!!).
El problema, como siempre me pasa, es que no sé hasta qué punto todo esto es
así, siempre siento que me falta información de todo, y que no puedo dejarme
llevar por todo lo que piensa la gente. Pero si esto fuese de verdad así,
preferiría una y mil veces, seguir buscando de forma natural y no provocar
estas atrocidades, por mucho que me cueste. No me importa el tiempo que pueda
tardar, sólo me importa que mi bebé pueda estar sano y no tenga que sufrir en
la vida ni complejos ni rechazos, pero me da muchísimo miedo
que me vuelva a salir mal, no estoy preparada para pasar por esto otra vez. Y
también me asusta muchísimo la posibilidad de quedarme embarazada de forma
natural, que vuelva a fecundar un óvulo de mala calidad, y que el bebé
sobreviva por alguna razón y venga a este mundo con alguna deficiencia o malformación.
Tampoco estoy preparada para poder aceptar esa cruz en mi vida. No quiero
sufrir más, no quiero vivir mis embarazos con estas dudas y temores. Quiero ser
mamá, y sólo quiero que todo salga bien, de forma normal, y poder ser feliz y
formar mi familia con Goku. Después de estos últimos años, me merezco un poco
de paz interior, de descanso. Me merezco una posibilidad de poder reconducir mi
vida, y no quiero sentir que el destino me está castigando. Deseaba este bebé
en este momento más que nunca. Quizá sea algo egoísta, y quizá estaba poniendo
muchas expectativas en este embarazo, y dándole a mi bebé una responsabilidad
en mi vida que no le correspondía. Me tortura pensar que ese ha podido ser mi
error, y que por culpa mía, el destino o el karma, me han quitado a mi
bebé para darme una lección.
Me encuentro
emocionalmente agotada. Necesito un punto cero desde donde volver a coger
fuerzas y salir de este cansancio, de sentirme arrastrada constantemente. No
quiero seguir sintiendo que todo me da igual, necesito recuperar mi fuerza
vital, volver a confiar en la vida, volver a sentirme afortunada y no
castigada. No sé cómo recuperar mi energía y mi optimismo. Mucha gente me diría
que es normal que me sienta así, y que no me exija tanto, pero es que me siento
muy débil psicológicamente y yo no soy así. Huyo de las rutinas y
responsabilidades cuando justamente es de la forma que mejor sé vivir y de la
forma que mejor me encuentro. Pero aquí sigo bloqueada y eludiendo cualquier
tipo de responsabilidad, cumpliendo con el mínimo indispensable y sin conseguir
arrancar ni tener ningún empuje para ponerme en marcha y entregarme a los miles
de proyectos personales que siempre he tenido. Está todo como parado desde hace
tiempo. Tengo demasiadas cosas en la cabeza que retomar, mi lista de temas
pendientes cada vez está siendo más larga, y yo cada vez me siento más cansada,
pese a estar alejándome de casi todo lo que antes hacía. Voy a escribir las
cosas que me gustaría, conforme me vayan viniendo a la cabeza, para ver si así
consigo motivarme un poco:
· Coger más a menudo la
bicicleta y volver a tener una rutina de ejercicio.
· Cuidar mi alimentación y bajar
de peso (por lo menos los 3-4 kilos de más que me sobran). Quiero llegar por lo
menos a los 56 kilos, si puedo.
· Beber más agua.
· Atender mi página Web, mi
Facebook profesional, volver a hacer fotografías y publicar artículos, subir
videos al canal.
· Ser más constante, como era
antes, con mis rutinas de limpieza facial, ponerme cremas, y cuidar más mi
piel.
· Reorganizar y redistribuir
mi ropa y algunos otros aspectos de mi casa.
· Dedicar más tiempo a mis
relaciones personales, a mis amigas.
· Volver a disfrutar de mis
paseos y mi soledad, de mis reflexiones, y no seguir huyendo de ellas.
· Seguir componiendo con más
ganas, volver a coger la guitarra y a sentirme inspirada.
· Volver a cantar.
· Mantenerme más activa durante el fin de semana.
· Controlar más mi mal genio,
y mi forma de hablar y de plantear las cosas cuando me molestan o me duelen.
· Pensar más en los demás y en
la gente a la que le puede venir bien mi ayuda.
· Volver a reorganizar mi
tiempo y mis tareas como lo hacía antes.
· Concienciar a Goku de la
importancia de cuidarnos más y llevar un estilo de vida más saludable.
· Recuperar la energía y las
fuerzas para volver a retomar el proceso de ser padres desde el principio. Otra
vez…
· Volver a entrenar relajación
y mindfullness.