Se van
pasando los días, y yo me siento cada vez más arrastrada y llevada por la
corriente, sobreviviendo a cada uno de ellos y deseando que se pasen cuanto
antes, porque me agota el día a día que ahora tengo, física y mentalmente. Otras
veces, ya tendría un plan, ya me habría sentado a evaluar y planificar miles de
cosas, tendría listas interminables de pensamientos y conclusiones, y estaría poniendo
en marcha el siguiente intento con algo de entusiasmo e ilusión. Y no me está ocurriendo
nada de esto. Estoy bloqueada y saturada de todo. Sólo quiero descansar y estar
sola, y no pensar, y no tener que ser una luchadora. Pensé que al volver a
Shiatsu se pondría en funcionamiento mi mente, como un punto cero desde donde
coger impulso, así lo pensé y me dije a mí misma “venga, este es el primer paso”. Y ahí me he quedado. Entiendo que
el maldito Visannette no me ayuda, me agota, me sube la temperatura, me produce
sequedad y picores constantes por todas partes, me da dolor de cabeza… Mañana
lo acabo, por fin!!!!. Espero que no vuelva nunca más a mi vida. Y confío que ya
sin él, dentro de unos días se me pase de una vez este estado de sopor y
letargo que ha invadido mi cuerpo y mi mente. Por delante me quedan 15 días de
descanso de tratamientos, hasta el día 16 de Marzo, que volveré a los malditos
estrógenos (aquí todas las medicaciones son malditas de una forma u otra). Ese
es el inicio de ciclo para el que me gustaría estar preparada y para el que no
encuentro energías ni si quiera de ponerme a pensar en ello.
jueves, 28 de febrero de 2019
lunes, 11 de febrero de 2019
SHIATSU O ACUPUNTURA
Esta ha sido
mi reflexión y mi decisión de estas últimas semanas. Todo empezó porque Sara Fortuño
me preguntó en la última consulta si hacía Acupuntura. Le dije que en este
momento no, pero que si ella me lo aconsejaba, la volvía a recuperar. Me dijo
que no, que sólo preguntaba por curiosidad y cuando yo le dije si ella veía
esas cosas como aconsejables, no me dejó del todo claro si sí o si no. Y claro,
yo no sé cómo son las demás chicas en reproducción asistida, pero al menos yo
me fijo en TODO lo que dicen, con más o menos conciencia. Debe ser también un
poco estresante para ellas que les estemos midiendo con lupa todo lo que
pronuncian. Pero yo no lo puedo evitar, y mi mente ya se puso en marcha,
valorando la idea de retomar la Acupuntura. Y en mi caso, también me puse a pensar
en el Shiatsu.
Ya he hecho
ambas en el pasado, así que conozco las dos especialidades. La Acupuntura es más
afamada dentro de la Reproducción Asistida, pero a mí me fue súper bien el
Shiatsu en algunos aspectos. Ambas trabajan con el eje meridiano del cuerpo, y
sus conexiones con los diferentes órganos vitales, y en mi caso, con los que
contribuyen a una mejor reproducción y con el tema hormonal. Ambas mejoran la
vascularización y la circulación sanguínea. Y a priori consiguen los mismos
efectos. Imagino que un defensor de una u otra especialidad, verá miles de diferencias
entre ellas, y pensará que es una burrada compararlas y decir que tienen los
mismos efectos, pero para alguien absolutamente “lego” como yo, me parecen muy
válidas ambas en un primer momento. Así que, ante mi ignorancia (por favor,
disculpadme…), he decidido inclinarme más por el Shiatsu, por otras variables,
a nivel más práctico, a saber:
· Me cae mejor la chica de
Shiatsu (Sandra), es más joven, española, entiendo todo lo que me dice y me
explica, es cálida y súper sonriente. La mujer de Acupuntura (Hong Bo) me gusta
mucho, pero me cuesta entenderla más porque su español es bastante malo, y me
trata con un poquito más de frialdad (aunque en ocasiones es súper empática).
· Los horarios de Sandra son
muchísimo más flexibles que los de Hong Bo, que siempre tengo que estar
cuadrando y cambiando mi agenda porque apenas tiene huecos. Sandra me busca un
sitio más o menos fijo, y eso con Hong Bo es casi imposible.
· Aspecto económico: las
sesiones de Acupuntura me salen más caras que las de Shiatsu. No desorbitadamente,
pero sí, y además Hong Bo me “medio obliga” a asistir dos veces por semana sin
darme más opciones, y con Sandra elijo yo en función de mi necesidad.
· Acupuntura duele y escuece.
Shiatsu a veces molesta un poco la presión, pero nunca es dolorosa.
· En Acupuntura sangro y los
puntitos de sangre cuesta que se cierren del todo en el momento, y muchas
veces, algunos de esos puntos de acupuntura me dejan moraduras. El Hematólogo
ya me dijo que no le parecía muy buena idea teniendo en cuenta que me pincho
Heparina para diluir la sangre.
· En Acupuntura paso frío, y
no hay nada que me dé más yuyu que me tapen con todas las agujas debajo de la
manta aplastándose, es una sensación que aunque no duele, es horrorosa de
soportar. Con los minutos te acostumbras, pero en cuanto te mueves un milímetro
sientes todas las agujas del cuerpo.
· Ir a la consulta de Sandra
me cuesta 10 minutos andando. Ir a la consulta de Hong Bo, me cuesta una media
hora si voy andando, o 10 minutos si cojo la bici, pero no siempre hace buen
tiempo para cogerla.
· Hong Bo a veces tiene tanta
gente que me toca compartir espacio con otras personas en la misma habitación. Aunque
ella es súper cuidadosa y pone separadores de éstos de bambú, resulta un poco
incómodo escuchar todo y que escuchen todo lo que dices. Con Sandra estoy yo y
sólo yo, el 100% de las veces.
· Sandra me ofrece una taza de
té al terminar, y Hong Bo no. Esto ya sé que es una tontería, pero me ha venido
a la cabeza, y aunque no lo parezca, todos estos detalles suman…
Y ya está,
esas son de momento las razones que me han llevado a elegir Shiatsu. Insisto que
ha sido una decisión más a nivel práctico que otra cosa. Pero quería hablar de
ello un poco.
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