Sigo
consiguiendo no caer en el desánimo, por suerte. Te juro que otras veces suelo
ser muy consciente de mis recursos y de saber cómo estoy consiguiendo avanzar
en cada momento, pero ahora no tengo ni idea de cómo lo estoy haciendo. Sólo
voy tomando pequeñas decisiones, sin detenerme mucho en ellas ni postergarlas a
un análisis más en profundidad. Casi de forma espontánea he dejado de mirar
cosas en Internet sobre infertilidad, abortos, intervenciones…, algo que en
otro momento hubiera sido un suplicio conseguir, porque creía que era
inevitable para mí. Pero no. Ya ves que puedo sobrevivir sin realizar miles de
consultas. Debe ser que me he machacado tanto a mí misma últimamente con la
idea de confiar, que ni si quiera siento ya curiosidad por conocer lo que yo
estoy viviendo en palabras y testimonios de otras personas. Quizá estoy
aceptándome como “única” dentro de este mundo (por no decir, rara, bicho, o
anormal). O puede ser que haya llegado a un punto de saturación, en el que más
información conseguiría hacerme explotar irremediablemente.
Otro pequeño
paso que he dado, ha sido salirme del grupo de Whatsapp de las “Chicas Crespo”
(que es el nombre que yo le había dado). Sé que era una necesidad para mí, pero
también me ha dado mucha pena. No es que haya llegado a intimar demasiado con
ellas, pero en estas situaciones acabas cogiéndole mucho cariño a todas las
personas que ves sufrir como tú. Creo que son los embarazos a mi alrededor que
con más alegría he estado llevando últimamente, por lo esperanzadores que
suponen. Todas somos luchadoras incansables, y no veas la ilusión que hace ver
cómo la mayoría van llegando a la meta. También genera a veces el desaliento de
estar quedándote atrás, pero al final, tarde o temprano, todas llegaremos. Lo sé.
Ver el triunfo en otras mujeres, a mí me ayuda en estos casos, y procuro verme
a mí misma como una historia esperanzadora más en el futuro, aunque todavía no
haya llegado a la meta después de casi 4 años. No sé si le pasará a más gente
en este tema, pero al final acabas pensando que los únicos embarazos merecidos
son los que han costado sudor y lágrimas. El resto de embarazos a tu alrededor,
te parecen súper injustos. A mí me pasa… Llevaba muchos días sin participar en
el grupo, porque he intentado evitar entrar todo lo posible. Pero no me parecía
correcto estar en un grupo así y no dar ni los buenos días, ni comentar nada, me
resultaba hasta maleducado por mi parte.
Hoy siento
que estoy un pasito más adelante. No sé por qué. Y eso que no ha pasado nada significativo,
pero voy viendo resultados en mí misma, en mi forma de afrontar este nuevo contratiempo.
Porque es exactamente eso, algo que va “ en contra del tiempo”. Como mínimo
tendremos que esperar hasta Navidades para poder continuar. Las adherencias
tienen que desaparecer, el útero tiene que estar perfecto, y mi cuerpo tiene
que descansar de tantas pastillas. Hasta que eso no esté al 100%, no nos vamos
a arriesgar. Voy mentalizándome de ello. Unos meses más, sólo es eso. Realmente
no está tan lejos!. Yo puedo!.